La importancia del burro

Un recuerdo con cariño a un animal en vías de extinción.
El relato de hoy lo dedico a un animal obediente muy trabajador, inteligente dócil y muy servicial, El BURRO. En los años desde 1950 hasta que se fue terminando la construcción de los nuevos pueblos 1954 o 1955, el transporte en la construcción eran muy pocos los que se disponían en aquellas fechas, muy pocos camiones, pocos carros, ningún tractor ni maquinas que conocimos poco después.
Las casas de los pueblos nuevos se hicieron con tapias de tierra prensada y ladrillos en las esquinas y postes a cierta distancia en las paredes de las construcciones.Los albañiles cogían la tierra lo más cerca posible de la obra en cuestión así los hoyos y desniveles estaban por todas partes. Aquí empieza el contenido de este relato y la importancia de los burros en la terminación de los Pueblos Nuevos. Con los corrales cercados era muy difícil entrar tierra  con los transportes de la época. Ya los burros, en algunas ocasiones, hacían transportes llevando piedras para construir carreteras. Con unos buenos aparejos y un serón daban muchos viajes en una jornada laboral de aquella época que casi siempre era de sol a sol.
Voy a intentar explicarles lo mas exacto posible este recuerdo que hoy ya es historia y como no tenemos documentos gráficos tenemos que confiar en nuestra memoria y ya acumulamos muchos años. Hubo varios pueblos de la provincia de Badajoz que algunas familias disponían de muchos burros porque les servía de negocio y a los constructores de transporte. Supongamos que estamos viendo 150 o 200 burros por las calles de uno de estos pueblos, cada uno con su serón de esparto todos en hilera camino del punto de carga. El primero de los burros con un cencerro como lleva el carnero con las ovejas. El primer viaje iba un hombre a cargar y descargar, ya no necesitaban más durante todo el día, el del cencerro siempre iba el primero y ya todos detrás durante toda la jornada. Para la descarga solo un hombre, para la carga hacían falta muchos porque era manual y muy trabajosa pero teníamos que conformarnos porque no teníamos otros medios.
Para mi este tema como otros que ya no volveremos a ver más debemos buscarles un sitio en la historia vivida para no olvidar el pasado. Hay lectores de esta página que por su edad no han visto estos casos pero me consta que les interesa mucho todo lo que las personas mayores podamos aportarles . Dice un refrán que el diablo sabe mas por viejo que por diablo. Sé que para algunos lectores no todos los relatos tienen el mismo interés pero si recordamos la fundación y puesta en marcha del Plan Badajoz y sus 24 nuevos pueblos no estaría la historia completa sin este caso y otros muchos que faltan por salir a la luz.  Espero que la memoria me siga acompañando para poder seguir con mis recuerdos de toda la comarca desde tiempos anteriores al primer trazado de la primera carretera, acequia, casa o parcela. Espero que este escrito como otros tenga algún interés para algunos lectores, créanme si les digo que yo disfruto viendo como les gustan estos casos que no encontraremos en ningún medio de comunicación salvo que alguna persona con mas de 75 años pueda contar sus vivencias. Mi más cordial saludo para todos y hasta el próximo numero espero que sea pronto.

Juan Domínguez Núñez

Amigo tu siempre con acierto, con ese acierto que da la elección de un tema del pasado, contado con agrado, con un matiz de nostalgia y un aire pedagógico, con ese afán de reivindicar lo de antaño como una cultura inexistente en nuestros días, pero que contribuyó de manera importante en aquella sociedad y que hoy pasado el tiempo se ve tan lejano y tan superado que a los de menos de 50 años quizás pueda resultarles increíble aquella forma de vida.

En efecto es un animal que en aquellas épocas fue de una gran utilidad para las personas del campo, para aquellos vendedores ambulantes como arrieros, vendedores de frutas, pescados, hojalateros y afiladores entre otros. Fue el medio de locomoción quizás no fuera un mercedes pero era un grato y tranquilo utilitario que quien más lo usaban eran las mujeres para desplazamientos largos, el autobús, o el llévame hijo a Montijo es de ahora, antes era coger el serón sobre el borrico y a la Puebla a por aceite y algunos comestibles, los mínimos que una se apañaba con el pollo del corral, el conejo, las verduras del tiempo y la “chacina”, que del guarro se comía todo. Hoy de algunos guarros es mejor no comer nada, de algunos pollos hay que prevenirse de tomar lo justo y no sé si necesario.

Amigo Juan vas acertado como siempre, y como siempre hay algo de tus relatos que a uno le impacta, eso de que al segundo viaje el burro guía no necesitara a nadie para dirigirlo es una anécdota de campeonato; cuantos menos burros en apariencia no aprenden la lección ni pasado 60 años de viajes, allá ellos ¿verdad?.

José María Delgado Cortés

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